Aunque cada niño es un mundo, la psicología infantil se ha encargado de establecer ciertos parámetros para que los padres tengan orientación a la hora de educar a sus hijos. La edad de los 2 años es un poco delicada, desde este punto de vista, puesto que se ha comprobado que es un punto y aparte en la mayoría de los niños y sus procesos de autonomía. A esta edad se la conoce como la edad de la negación, porque es en estos años cuando los niños aprenden a decir ‘No’, y a veces lo dicen a todas horas. Por lo tanto, a esta edad será muy frecuente que tu hijo comience a desobedecer. De hecho, se tiende a asociar la conducta desobediente con la agresividad.
Trucos para reducir su agresividad
La psicóloga Gloria Marsellach, cita algunas pautas en su libro “Recetas del psicólogo en la Red”.
– Hay que diferenciar el tipo de agresividad que tiene el niño. No es lo mismo ni reaccionaremos igual si patalea o llora, que si pega o insulta a un semejante.
– Escribir en una pizarra o tabla que quede en manos de los padres las veces que tu hijo manifiesta el comportamiento agresivo al día y durante la semana, así como el porqué de esta reacción. ¿Qué lo ha originado? ¿Cómo ha reaccionado él? Cuanto más elaborado sea el informe, mejor para encontrar la solución.
– Elegir dos objetivos para modificar la conducta: debilitar la mala conducta (agresividad) y reforzar otras conductas buenas que el niño puede desarrollar si le motivamos (generosidad, compañerismo..)
Copian modelos de conducta agresiva
Los niños pequeños, por debajo de los 6 años, no conocen en su mayoría el significado de las expresiones y situaciones que se le presentan. Lo que está bien o está mal, los principios éticos básicos, etc. Todo esto pertenece a un universo desconocido para ellos. Solamente tienen a sus papás o tutores como referente, que, mediante gestos, les dirán ‘eso no se hace’ o ‘eso está bien’.
Los pequeños actúan mediante impulsos y estímulos, y dejan de hacerlo, cuando un adulto les frena, no porque comprendan que moralmente está mal lo que hacen. Por lo tanto, ya sabemos que si un niño por debajo de los 6 años es agresivo, tendrá mucho que ver con situaciones de la vida cotidiana o patrones de conducta que copia de los adultos y otros niños más mayores. Asimismo, el menor reacciona ante estímulos, en parte, de manera instintiva, en parte, copiando igualmente la manera de reaccionar que ve en su entorno
Ejemplos de actuación para padres
– Si el niño se queda al cuidado de alguien que no son los padres y la falta de respeto es total y repetida durante varios días, habrá que demostrar al niño, sin necesidad de asustar o amenazar, que puede haber ‘ojos vigilantes’ que informen a mamá y a papá de que está haciendo algo mal.
-Lo que se conoce como el refuerzo positivo: motivar al niño a que se porte bien para recibir gratificación. Por ejemplo, decirle ‘’lo mayor que es’ al lado de otros niños, por no ponerse a patalear o a llorar. Recompensarle para que vea que su conducta positiva ha tenido premio.
– Los niños, aunque cada vez menos, imitan comportamientos, o lo que los psicólogos llaman patrones de conducta. Si ven que los adultos resuelven situaciones con diálogo y tranquilidad, ellos harán lo mismo, cogerán esa costumbre. Insiste en actuar con tu pareja delante de vuestro hijo, para que vea que esto se da a así verdaderamente. Vocaliza, habla en voz alta y gesticula si es necesario. La visualización es vital para el aprendizaje en muchos casos.
– Los padres deben enseñar al niño técnicas para permanecer en calma ante una situación conflictiva o de tensión que les haga ser agresivos con su entorno.
– Apunta estos trucos psicológicos y ponte manos a la obra con tu hijo. Cuanto antes intentes atajar la situación, mejores resultados y más efectivo será el método.
Imagen vía RonEdmondson
El articulo me parece muy reduccionista. La agresividad en ninos menores de 6 es normal y no siempre se debe a que copien patrones de conducta. A veces la agresividad se debe a una falta de habilidades sociales y de lenguaje.