No sé si les pasa pero últimamente nos afanamos en cocinar la mayor cantidad de alimentos en casa para evitar cualquier comida procesada, envasada, preservantes, colorantes, azúcar refinada y demás; buscamos recetas que se ven riquísimas y a la hora de prepararlas resultan complicadas y tardadas de preparar.
Así me pasó con mis primeras experiencias preparando granola, incluso les subí el post original hace un tiempo atrás, pero poco a poco he ido descubriendo la forma de hacerla más rápido y menos complicada, y lo mejor de todo es que me ha ido quedando mejor con el tiempo y la experiencia, que necesitaba modernizar la receta.
La granola es un alimento rico en nutrientes, te llena de energía y tiene grasas “buenas” por decirlo así, las que provienen de las nueces, tú puedes nivelar el dulzor de acuerdo a la receta, y además la puedes convertir en paleo si decides quitarle la avena. A mí me gusta hacerla con avena porque se las hago a las niñas, para que la mezclen en fruta, yogurt, helado o como snack.
Aquí les comparto el paso a paso de mi versión fácil, así no tenemos que pasar vigilando tanto tiempo el horneado, donde no podemos descuidar la temperatura porque se nos quema.
Paso 1
En un sartén pones el fuego a temperatura media, vas a dejar caer la avena estilo “old fashioned” o “rolled oats”, de hojuela grande, porque si compras la regular, no te queda igual y la consistencia no se logra como debe ser. Cuando la avena está dorada, la retiras y la pasas a un recipiente, en donde vas a ir agregando uno a uno los ingredientes.
Paso 2
Puedes seleccionar las nueces o semillas que quieras, yo he ido eligiendo las que sé que les gustan a todos en casa, por ejemplo la semilla de marañón y la de almendra son nuestras favoritas, pero tú puedes usar maní, pepita o “pumpkin seed”, macadamia, pecanas, nogal, etc.
Luego de que doras las nueves, tratas de picarlas como en la siguiente imagen, con la ayuda de un estribo de cocina, eso te evitará tener que sacar el procesador de alimentos y tener más trabajo en la preparación.
Cuando ya hayas dorado todas tus nueces, las vas a ir agregando al “bowl” o recipiente en donde pusiste la avena.
Paso 3
En esta parte agregas los complementos, les digo así porque son los extras que le puedes poner, los que le pueden dar un sabor o textura diferente. Yo le agrego hojuelas de coco pero tú puedes ponerle pasas, arándanos, pepitas o “nibs” de cacao, etc.
Una vez terminado de dorar, lo agregas al bowl donde vas juntando todos los ingredientes ya dorados y tostados.
Paso 4
En esta parte agregas las semillas pequeñas, como el ajonjolí, la chía y el flax.
Yo solo tuesto la semilla de ajonjolí y la agrego inmediatamente al “bowl” que tiene todos los ingredientes.
Paso 5
En este paso sazonamos la granola a nuestro estilo, podemos agregar desde canela en polvo, o nuez moscada, clavo de olor molido, pimienta gorda, pumpkin spice, etc., al gusto de cada quién.
Paso 6
Finalmente dejamos caer un poco de miel de abeja, de acuerdo a qué tan dulce la quieras. Asegúrate de usar miel que sea 100% pura de abeja, y que no sea mezcla con algún otro endulzarte artificial o jarabe de maíz. Yo siempre recomiendo comprar la miel en mercados locales, o directo del apicultor, ya que la miel que venden en los supermercados, por lo regular es miel que ya viene procesada, en algunas ocasiones diluida o de miel que viene mezclada con otros espesantes. Para saber más de la miel, les recomiendo ver el episodio 1 de la serie en Netflix “Rotten”: Lawyers, guns, and honey.
Por lo regular la miel tiene una consistencia más liviana al momento de ponerla y cuando se enfría, se endurece.
Paso 7
Finalmente la granola está lista, ya puedes mezclar todos los ingredientes que fuiste dorando. Espera a que se enfríe, notarás que está muy dura para almacenarla, entonces trata de romperla en pequeños “bunches” y finalmente guárdala en un contenedor hermético para conservar su frescura.