Papi, y así, sin darte cuenta, con el tiempo hemos estado coleccionando lo que compartes con nosotras.
No recordaremos qué proyectos trabajaste,
sino las veces que te has detenido en hacerlo por atendernos.
No recordaremos la hora en que nos íbamos a dormir,
sino las noches que nos lees un cuento para soñar.
No recordaremos qué comimos,
sino las pláticas que hemos tenido juntos en la mesa.
No recordaremos si fue un viaje cansado,
sino los lugares que hemos visitado juntos.
No recordaremos nuestros errores,
sino las veces que nos enseñas a superarlos.
No recordaremos cuántas fotos hemos tomado,
sino aquellas en que salimos contigo.
No recordaremos qué canción estaba de moda,
sino la que te gusta escuchar con nosotras.
No recordaremos quién ganaba o perdía,
sino las veces que juegas con nosotras.
No recordaremos cuántos días de vacaciones tuvimos,
sino las veces que las disfrutamos compartiendo contigo.
No recordaremos cuándo tuvimos miedo,
sino las veces en que estás para protegernos.
No recordaremos cuántos besos y abrazos nos has dado,
sino el amor incondicional que nos has dado.
No recordaremos el chiste,
sino las veces que nos reímos juntos.
No recordaremos qué tanto hablamos,
sino las veces en que nos has escuchado.
Feliz día papi.
