Gracias por la oportunidad de expresarme y quizá ser de ayuda para muchas mujeres.
Soy una mujer de 32 años, soy madre desde el 11 de noviembre de 2009, y desde ese momento mi historia cambió.
Siempre tuve la intención de no ser mamá, no se si por miedo al compromiso o porque tener un hijo así como es felicidad, también es sufrimiento cuando se les ve sufrir.
Yo tuve una relación en la que tuve mucha violencia de parte mi pareja, tuve 2 abortos en el transcurso de la relación, uno por accidente y otro por decisión propia; ambos por la situación tan difícil que atravesé en ese entonces. Quizá el aborto no tenga justificación alguna social y espiritualmente, pero en ese momento estaba desesperada. Luego de esto, siempre dije que no quería ser mamá, y me volví muy dura en el tema de la maternidad. Pasados 2 años de esto, mi pareja murió en un accidente, y a lo mejor está mal, pero fue un alivio para mí; él me dejó muy golpeada no sólo por fuera, sino por dentro.
Poco después conocí a una persona con la que conviví cosas lindas, pero después me empecé a dar cuenta que sus pasos no iban en dirección a mis planes, y en el mes de febrero de 2009 nos separamos; aparte que él me había ya mencionado que nos casáramos, luego lo evadió y eso me hizo cambiar mucho con él, me empecé a distanciar.
A los dos meses de habernos distanciado empecé a sentir náuseas y a tener vómitos, me asusté porque él y yo estábamos separados, se lo comenté pero ambos concluimos que íbamos a esperar un mes más para confirmar nuestras sospechas, puesto que soy irregular en mi período. Todo parecía normal, mi cuerpo en ningún momento cambió, mi estomago no creció y como seguía teniendo mi período, yo no me percaté de estar esperando un bebé.
Yo padezco de migraña y tomaba seguido pastillas fuertes para éste malestar, además en ese entonces tomaba alcohol y fumaba, pero tiempo después el gusto por el licor desapareció y ya sólo fumaba cigarrillos; fue entonces a finales de septiembre que empecé a sentirme cansada, y recuerdo que el 11 de noviembre fui a hacerme un ultrasonido que una amiga me sugirió y acompañó a que me hiciera, fue entonces cuando me dijeron q ese día estaba lista para dar a luz y tener a mi bebé. Hubo muchos sentimientos encontrados, me moría de pensar cómo iba a decírselo a mi familia, a mi novio. Ese día me quedé ingresada en el hospital, sin que nadie lo supiera, fue muy doloroso porque no estaba preparada física y emocionalmente para el cambio, no tenía preparado nada para traer a ese bebé a mi vida.
A veces me siento mal por no tener las condiciones, o todo lo que un bebé necesita en ese momento, pasaron tantas cosas por mi cabeza que hasta hoy me entristece y me saca las lágrimas porque uno de hijo no quiere defraudar a los padres, y ese era mi caso. Llegué a pensar en dar en adopción a mi bebé pero en el momento q la enfermera me lo llevó y nos conocimos, Dios entró totalmente en mi corazón, hizo su labor y dije que me iba a enfrentar contra todos, incluso hasta con el papá de mi bebé, porque él no sabía nada.
Para regresar a casa, primero llamé a mi mamá y hablé con ella, le expliqué todo, me sentía muy mal. Yo ya soy una mujer de edad, y pasados 22 días, decidí no decírselo al padre de mi bebé por miedo a que no me creyera, puesto que me había visto anteriormente y no había notado el embarazo en mí.
Al paso de los días, decidí decírselo, lo cuál lo impresionó y decidió reconocerlo; fue a verlo un par de veces, aunque él y yo dimos por terminada nuestra relación. Ahora ya van a ser tres meses de que no se acerca a verlo, y yo estoy decidida a seguir a delante con mi hijo.
Quizá mi historia no es creíble pero puedo decir que mi hijo me llena de vida y cambió mucho mi corazón que estaba tan quebrantado; no está curado del todo pero en ese proceso lo mantiene mi pequeño bebé.
A veces me deprimo mucho porque vuelvo y repito, no lo esperaba y le doy gracias a Dios porque su plan es perfecto, porque quizá sino hubiera sido así, no hubiera tenido la oportunidad de ser madre nunca, y más porque no tuve ningún cuidado durante el embarazo y gracias a Dios, a sus 7 meses y medio esta sano.
Estoy feliz, con miedos, pero llena y realizada como mamá.
Muchas gracias por permitirme compartir mi historia. Ahora he aprendido a no juzgar las decisiones de otras mujeres, porque habría que preguntarse primero qué fue lo que pasó por su mente para tomar alguna decisión difícil.
Que Dios les bendiga infinitamente y sinceramente!!!!!
Mujer y madre soltera por decisión, 32 años