Una de nuestras principales preocupaciones como madres y padres de familia es lograr que nuestras hijas e hijos lleguen a ser personas de bien y es allí donde la educación en valores juega un rol importante en la formación de nuestros pequeños.

¿Qué está bien? ¿Qué está mal? Son cosas que los niños deben ir aprendiendo pues no nacen con una guía de valores bajo el brazo. Es nuestro deber de madres y padres enseñarles los valores humanos y las virtudes fundamentales para conducirse por el mundo, lo que les permitirá, en el futuro, tomar decisiones más acertadas, ser más seguros y felices.

Cada día se vuelve más importante esta formación de valores, pues nuestros pequeños cada vez tienen más acceso a contenidos de violencia, negatividad y competencia, a través de la televisión, los juegos electrónicos y otros medios como el internet.

Los niños pequeños aprenden con el ejemplo; como familia debemos tener claro cuáles son los valores que consideramos más importantes y qué queremos inculcarles.

Inculcar valores puede ser sencillo. Podemos leerles cuentos que hablen sobre algún valor o virtud en especial, como es el caso de las fábulas que siempre finalizan con una moraleja, también podemos organizar juegos en familia y darle reconocimiento al niño cuando actúa de acuerdo con el código de valores que queremos inculcarle en casa mientras reconoce conceptos como el saber ganar y saber perder.

 

Algunos valores a tomar en cuenta

Generosidad: Enseñémosles a ser generosos, a hacer cosas por los demás sin esperar nada a cambio. ¿Cómo lo hacemos? impulsándolos a compartir sus juguetes en el juego, viviendo en un ambiente de participación, mostrándoles cómo hacemos favores a otras personas y aprendiendo a identificar las necesidades de los demás. Una práctica de la generosidad puede ser visitar a niños enfermos o huérfanos, no sólo para la temporada de las fiestas navideñas, sino cualquier día del año.

Obediencia: Todos queremos que nuestros niños sean obedientes; ellos deben comprender el porqué de las cosas que se les piden para que puedan colaborar y participar. Es importante que tengan reglas claras acerca de sus obligaciones y deberes, tanto en la casa como en la escuela y que sepan la satisfacción que nos produce cuando “hacen caso” y que al ser desobediente no consiguen lo que desean.

Perseverancia: Les brindará a los niños estabilidad y confianza en sí mismos, pues sabrán que siempre se presentarán dificultades que deben enfrentar y esforzarse por superarlas, sin dejarse llevar por lo fácil y lo cómodo. La perseverancia va de la mano con la disciplina y entrega por alcanzar esa meta. ¿Cómo aprenden a ser perseverantes?  Al realizar sus tareas, perdiendo o ganando en los juegos, aprendiendo a ahorrar, teniendo en cuenta sus triunfos e identificando sus errores y sabiendo que se puede aprender tanto de las experiencias malas como de las buenas, entre otras cosas.

Voluntad: No todo lo que conlleva el ejercicio de la voluntad es fácil o placentero, de hecho las cosas que más valen la pena son las que más cuesta lograr, y es aquí donde la voluntad va de la mano con la perseverancia.

Tolerancia: Invitémoslos a escuchar a los demás y respetar sus opiniones, motivémoslos para que conozcan otras culturales y procuremos que eviten las burlas hacia otras personas.

Responsabilidad: Nuestros hijos deben aprender a asumir las consecuencias de sus actos elegidos libremente, sin confundir con libertinaje. Como padres nos corresponde indicarles cuando sus acciones son incorrectas y las consecuencias de ellos, pero a la vez, debemos demostrarles confianza y evitar hacer por ellos lo que son capaces de lograr de acuerdo a su edad.

 

Intenta poner pequeños ejercicios en casa, y recuerda que para que tus pequeños adopten una conducta e identidad familiar, ellos deben ver a través de tu ejemplo la práctica de cada uno de estos valores dentro y fuera de casa.

 

Vía: Todo Papás y Kronovida   

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