Muchas veces he sido crítica de las situaciones sociales que enfrenta nuestro país, las condiciones de vida tan contrastantes, las oportunidades disparejas, el conflicto y la desigualdad en acceso de recursos tan básicos como higiene, alimentación y salud.
Pasé tiempo pensando cómo involucrarme en alguna causa hasta que con la experiencia aprendí que no se requiere de gran alboroto para colaborar con alguna, a veces unirnos a proyectos sostenibles o pequeñas acciones diarias, decisiones y cambios de vida que impacten a largo plazo en las personas es más sencillo de lo que parece para que finalmente veamos los frutos en futuras generaciones del país.
Involucrar a nuestros hijos también es clave, son las generaciones que continuarán lo que hemos venido sembrando, practicando, pero para lograrlo es necesario que ellos entiendan y comprendan el concepto de los valores y sentimientos como la empatía y la solidaridad hacia los demás. Las cosas no se solucionan a través de la crítica, la palabra que se lleva el viento o la indiferencia por la comodidad, se requiere de actos concretos en donde podamos actuar, desde una cadena de favores hasta participar activamente junto a proyectos sostenibles. Si nuestros hijos nos ven criticar, solo aprenderán a hacer eso, pero si nos ven actuar, ellos se moverán también.
Consciente de esto, llevo más de un mes trabajando y apoyando la campaña social que promueve “Scott Más Higiene” junto a Water For People con el propósito de que más mamás y mujeres conozcan cómo facilitar las oportunidades de saneamiento para familias y niños de escasos recursos en el área rural y marginal del interior del país a través de esta fundación que promueve proyectos similares alrededor del mundo, una campaña que me ha llevado a conocer la realidad del país en este aspecto y que desconocemos por indiferencia:
“El 51% de los habitantes en zonas rurales carecen de acceso a baños en condiciones sanitarias aceptables, mientras que el 13% de la población de estas regiones no accede a agua potable.”
¿Cómo involucrar a nuestros niños? Los valores y sentimientos son conceptos complejos, ninguno se aprende bajo una clase curricular en algún colegio o centro de estudios con una calificación numérica, podrán llegar a conocer cada uno de ellos pero no sabrán cómo ponerlos en práctica si en casa no los promovemos a través del ejemplo, son aprendizajes que inician de dentro hacia fuera, en la familia, los amigos más cercanos, hasta llegar a nuestro entorno.
A través de la campaña Scott Más Higiene he tenido la oportunidad de explicarles a mis hijas que los recursos naturales como el agua son un privilegio, muchos carecen de ésta y a veces nosotros no somos conscientes del buen uso de la misma. No necesitamos viajar hasta África para ver que aquí en Guatemala también hay mucha limitación. Probablemente nuestros niños tengan la oportunidad de darse un baño largo con agua caliente a diario, o de ir a media noche mientras tengan ganas de hacer sus necesidades, pero en medio del campo, en áreas rurales, esto es un peligro constante para alguien que no tiene acceso a un baño, y es así como he tratado de hacerles entender el concepto de que baños cambian vidas en personas que nunca han tenido la oportunidad de tener uno en su vivienda, por esto es que Water For People trabaja tan duro en el interior del país para lograr cambiar en cierto número la estadística.
¿Cómo ayudar? Cuando digo que involucrarse y ayudar es más simple de lo que parece, y que sólo requiere de acciones concretas a diario, me refiero a que podemos hacerlo a través de una simple decisión: una compra. Comprando en cualquier tienda Paiz o Walmart la edición especial de Scott Más Higiene, los paquetes que vienen señalizados con un cintillo naranja, estaremos colaborando para que parte de los fondos de éstos vayan destinados a Water For People y que más niños de áreas marginales puedan tener acceso a una higiene y sanitización digna en donde viven.
Si tú estás buscando un proyecto en el cuál sumarte, ésta es la oportunidad de hacerlo y a la vez darles a tus hijos el aprendizaje de ser empáticos y solidarios con los demás, haciendo algo por quiénes lo necesitan.