Hay cosas que como mamá me hacen pensar y cuestionarme más de la cuenta: ¿Qué quiero enseñarles y dejarles a mis hijas de la vida? Tenemos mucho por hacer y el tiempo o la edad para formar a nuestros hijos es tan corto que no podemos pasar indiferentes ante ciertas cosas o situaciones a las que nos exponemos todos los días.
El otro día que mis hijas correteaban en el parque pensaba en lo privilegiados que somos viviendo en un país lleno de naturaleza, flora y fauna preciosa, un clima casi perfecto y paisajes que muchos pagan por venir a conocer; los volcanes, los lagos, los ríos… lo que nosotros como guatemaltecos damos por sentado, para otros es un privilegio tenerlo, y más aún cuando hay países que no tienen nada de esto a diario. No queremos, por ejemplo, que los niños se despierten y vean los volcanes como “lo normal” o a un niño trabajando en edad escolar.
Sin ir muy lejos, o fuera del contexto local o del clima y la naturaleza en general, el concepto de no dar por sentado lo que tenemos o lo que nos rodea, me ha dado vueltas en la mente las pasadas semanas, y más aún porque me pregunto todos los días cómo poderles transmitir a mis hijas el sentimiento de empatía y capacidad de asombro por la vida y que no lo pierdan con el tiempo por creer que todo es “lo normal”.
La realidad de nuestro país es algo de lo que quiero que estén conscientes siempre, no todos los niños gozan de los mismos privilegios en materia de alimentación, estudio, vivienda, salud, afecto… y que por lo mismo, no podemos pasar indiferentes ante las necesidades de los demás y vivir la vida egoístamente sin que nos enteremos de la realidad.
Para mitigar el sentimiento de indiferencia, ponerles ejemplos y ponerlo en práctica, trato de buscar, conocer o involucrarme en proyectos sostenibles en donde uno pueda dejar o aportar algo y a la vez enseñarles a mis hijas el concepto que tanto trato que aprendan, que al final se traduce en tener sensibilidad por su entorno, empatía, caridad y generosidad, valores que veo que han perdido relevancia en los niños de ahora, y no los culpo, muchas veces somos los papás los responsables de esto, porque suplimos todas sus necesidades de manera instantánea, complacemos sus gustos y evitamos que pasen un poco de “hambre y frío” en la vida.
Recientemente me invitaron a conocer un proyecto social liderado por Water For People
-una fundación que promueve proyectos de saneamiento en diferentes municipios del país y del mundo- y me tocó la conciencia profundamente cuando leí una de las estadísticas que la mayoría de guatemaltecos desconocemos:
“El 51% de los habitantes en zonas rurales carecen de acceso a baños en condiciones sanitarias aceptables, mientras que el 13% de la población de estas regiones no accede a agua potable.”
Mientras nuestros hijos aprenden varios hábitos de higiene que con tanta dedicación les enseñamos las mamás, hay una gran cantidad de niños que no saben lo que es ir a un baño, lavarse las manos, los dientes después de comer o incluso bañarse a diario, exponiéndose a peligros por buscar satisfacer una necesidad tan básica en cualquier río cercano, letrina o campo abierto.
¿Cómo involucrarse? es la pregunta todo el tiempo, pues como mamás, criando, trabajando y llevando un hogar, nos es difícil salir a buscar y formar proyectos nuevos, por eso es bueno apoyar proyectos sostenibles que nos permiten aportar desde nuestras actividades diarias e involucrarlos en nuestra rutina.
Este proyecto que conocí en específico, me motivó a involucrarme y querer formar parte de él porque nos permite a todos sumarnos sin excepción alguna luego de que en alianza con los papeles higiénicos Scott formaran la campaña “Scott Más Higiene”, siendo éste un medio para poder apoyar la causa de Water For People en nuestro país en las comunidades marginadas del departamento de Quiché.
Si tú estás buscando un proyecto en el cuál sumarte, ésta es la oportunidad de hacerlo y a la vez tener la oportunidad de recibir de vuelta el aprendizaje de dar a los demás, de vivir la empatía y poder hacer algo por quiénes lo necesitan.
¿Cómo ayudar? Es simple, comprando en cualquier tienda Paiz o Walmart la edición especial de Scott Más Higiene, parte de los fondos irán destinados a Water For People para que más niños de áreas marginales puedan tener acceso a una higiene y sanitización digna en donde viven.
Apoyar e involucrarse en proyectos existentes y sostenibles es la mejor opción para empezar a hacer algo, y así recibiremos de vuelta lo más grande, que las cosas no están por sentado y que muchas de las cosas que creemos que son “lo normal” en realidad es un privilegio para muchos.
La felicidad está en aprender a dar y darnos a los demás.