Cada quién tiene sus gustos, su estilo y su manera, pero hay ciertos zapatos que no podemos dejar por un lado, los que siempre te sacan de “penas” o apuros, los que combinan con todo y los que aguantan con el tiempo, los que al final no te pueden faltar en el closet.
Este post lo hice pensando en que tengo un gusto enorme por los zapatos, son mi segundo delirio después de los esmaltes, de esos gustos que querés tenerlo todos y en todos los colores. Organizar así mis zapatos me ayuda a comprar los que verdaderamente necesito, a guardarlos y también a elegirlos al momento de vestirme.
Siempre es bueno tener un par por lo menos de cada uno de estos, y les juro que con 5 pares de zapatos logran salir diario todo el año…
1. Los de batalla: los que nos ponemos para ir a todos lados donde haya cualquier tipo de terreno como grama, piedrín, terracería, polvo, losa, lo que sea! Estos por lo regular tienen suela de goma o hule, no nos duele que se arruinen, se gasten o se manchen porque nos acompañan a todos lados y son fáciles de mantener, cuidar y limpiar. Como decimos, “les damos duro” y sin piedad. Yo tengo mi par de zapatos de batalla que uso cuando voy regularmente con las niñas, porque las niñas tienen la particularidad de pararse en mí a cada rato, no sé por qué pero siempre lo hacen. ¿Les pasa a ustedes también?
2. Los cómodos: para caminar, para vestir, para estar parada, para ir al súper, al mandado o a donde sea que tenga que sentirme cómoda durante el día completo cuando sé que estaré de un lado al otro y sin parar. Pueden ser las tradicionales “flats” o zapatillas balerinas, tenis de vestir o incluso unas plataformas también. La comodidad empieza en la forma del zapato, la suela, el material y cómo te talla al pie, el tacón corrido queda cómodo en cualquier circunstancia del día por ejemplo y el tenis cuando hay que caminar mucho. Estos por lo regular no necesitan plantilla, pero igual no me confío, hay unas plantillas más delgadas que pueden ponerse también para evitar roces por exceso de uso.
3. Los combinables: este tipo de zapato combina con todo, tiene colores neutros como el negro, gris, nude, henna o café -aunque a mí no me gustan los zapatos cafés-. Los combinables tienen forma y tacón que se adapta al pantalón -abierto o legging-, el jeans -de bota, Slim, skinny, boyfriend-, la falda e incluso el vestido o el short. Siempre son un punto medio entre formal e informal. Yo tengo mi par que siempre quedan “vestidores”, me encantan los botines y los que tienen abierta la punta de los dedos y trato de usarlos no tan a diario para que no se me arruinen rápido, y aunque son combinables, algunos no son taaan cómodos como los de batalla, pero se soluciona con unas plantillas de gel de Dr. Scholl’s que se consiguen en cualquier farmacia o supermercado -se llaman Dream Walk por si las buscan-.
4. Los formales: los que usamos para salir de noche, para la oficina, el té, la cena, el compromiso aquel como el bautizo, la primera comunión… y otros más donde queremos vernos “coquetonas”. Los tacones por lo regular son los principales para vernos formales, pero también la formalidad depende del material, algunos como el “suade”, el charol, colores metálicos, diferentes o incluso brillantitos, hace que sean más formales que los combinables, por eso no son lo mismo… yo tengo un par que me encantan, pero los formales muchas veces no son nada cómodos para usarlos todo el día, por eso se usan poco, o se les ponen plantillas especiales para tacón porque sino nunca los usaríamos.
5. Los de clima: para el frío o el calor. Aquí aplican los de invierno y verano, desde las botas de cuero altas, los botines de peluche afelpado, hasta las sandalias de pitas y las flip flops… los del clima dependen mucho con cuál nos identifiquemos más, dependen también del lugar en el que vivimos o que visitamos. Se usan por temporada, no siempre, si son para la lluvia o para el frío dependen del material para que duren más o resistan más, si son para el verano, depende qué tan frescos sean para ventilar, y depende el clima, también hay plantillas más frescas que otras porque te permiten transpirar.
He leído mil posts de cómo mantener la larga vida de los zapatos, desde cómo limpiarlos, qué líquidos usar, cómo guardarlos, ventilarlos, qué materiales son los mejores, qué hacer si te quedan grandes o pequeños, pero la conclusión es sencilla: con los zapatos la marca no siempre es la garantía, pero lo que sí es clave es que te tallen y te queden bien para que no los hayas comprado por gusto y no los vayas a usar más de una vez, sobre todo cuando los pedimos por internet.
Mi consejo es que si te gustan demasiado y no te sentís cómoda con ellos, las plantillas siempre son la mejor opción para terminar de tallarlos, así me pasó, compré unos de batalla que me gustaron mucho pero cuando los usé la primera vez, se estiraron y me quedaron flojos por siempre, pero con la plantilla lo logré resolver. Así que ya sabés, organizarlos por estos 5 tipos será más fácil usarlos todos.