Soy publicista, ex creativa y ahora estratega. También esposa y mamá de una niña y un bebé, soy guatemalteca, pero llevo varios años de vivir en El Salvador. Lo que mas amo de mi trabajo son esas oportunidades que me permiten explorar, indagar, preguntar y observar; no tanto sobre las marcas, pero sobre la vida de toda esa gente que es mucho más que un consumidor. Y de eso les quiero escribir un poquito hoy, motivada por esta celebración mundial de ser mujer que a todos nos llegó por alguna vía.
Hace un par de años, emprendimos una investigación en toda la región centroamericana, pasamos meses hablando con todo tipo de mujeres, desde las ladinas más tradicionales hasta las indígenas más emprendedoras y modernas, desde mamás solteras ya cansadas de la vida, hasta jovencitas “fashion” con grandes aspiraciones. Las sesiones de grupo empezaban con una pregunta. ¿Qué pasaría si ahorita te dieran la noticia que estás embarazada de una niña que va a nacer en tu mismo entorno y tal vez con tu misma vida?. La reacción daba inicio con un silencio penetrante y una cara muy limitada de gestos de alegría. Así abrimos una plática profunda sobre ser mujer en este momento, en este lugar. Muchas nos decían convencidas: “Sería mejor tener varón, qué difícil es ser mujer.”
Ayer mientras abría mi Facebook y veía tanta mujer celebrando ser mujer, yo pensaba en las razones que a mí me realizaban tanto de marcar sexo femenino en los cuadritos de los formularios. Y sí, lo primero que se me vino a la mente fue ser madre como el mejor y más grande regalo, pero quise ir mas allá…como siempre. Y me aventuré a un viajecito interno por todas esas razones, desde las más venales, hasta por las más profundas. Durante tal recorrido visualicé la cara de todas estas mujeres que no se sentían tan felices ante la idea de traer a este pequeño y retrogrado mundo en el que vivimos, una mujer más.
Allí fue donde como toda planner puse sobre la mesa el duro contrapunto del tema y me cuestioné ¿Será que todas pueden celebrar ser mujeres en estos países…? ¿Será que debería ser una celebración o una manifestación que nos permita levantarnos en contra del abuso, los estereotipos, el machismo, el cansancio, la soledad, el abandono, de la falta de educación, de recursos limitados para dar a luz en un hospital público de forma digna, la falta de derechos e igualdad que aún nos tienen por mucho porcentaje con sueldos abajo de un hombre. No es nada fácil nacer mujer en estos países, lo que sentimos es más miedo que felicidad cuando vemos a tanta niña que crece admirando a una mamá que vive por complacer a un hombre macho que la insulta con la mano y la voz, o que trabaja día y noche sola para mantenerse a ella y a sus hermanos, sin tener vida ni sueños más grandes que terminar el día.
El estudio continuaba con preguntas sobre quiénes eran las mujeres que más admiraban, la mayoría respondían: “Mi mamá”, “Mi abuela”. Muy pocas una líder política, una estrella de los medios o una gran empresaria. Era muy triste sentarte allí y escuchar la confusa respuesta que verbalizaban con ojos sinceros pero con poco brillo y resplandor, era muy evidente que su admiración venía ligada a la superación constante del sufrimiento. Admiran a su madre y a su abuela porque sufrieron y lograron, porque les tocó tan duro y les costó tanto la vida, su legado fue la lucha por sacar a sus hijos adelante y jamás se rindieron. Sin duda les doy toda la razón de tenerlas en tal pedestal, mi más profundo respeto a cada una de ellas. Pero la verdad es que me quedé con grandes ganas de oír que sus héroes son las mujeres que representan felicidad, éxito, realización y libertad.
Ahora lo que digo es… qué afortunadas somos las que estamos más cerca de esos regalos y que criaremos hijas amando ser mujeres por las razones correctas, pero sepamos que en esta región somos pocas. Y escribo con la misión de motivarnos a que desde donde estamos levantemos la voz y hagamos la diferencia para que cada día mas podamos celebrar ser mujer, ser mamá, ser ejemplo pero por la realización de la absoluta felicidad y no porque pasamos la vida superando la adversidad.
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