Por: Carolina Solís
Para Mundo de Mamá
Es inevitable sentirse tentado a comprar juguetes cada vez que uno sale a la calle. La oferta inmensa y la carita de mi bebé cuando tiene algo nuevo en sus manitas me han hecho caer y comprarle cosas que en realidad no necesita.
Los juguetes se han ido acumulando. No cumple aún los dos años y ya hay 4 cajas llenas de carritos, balones, rompecabezas, herramientas, etc., aunque en realidad son dos o tres las cosas que le interesan.
Como en la ciudad en donde vivo está próximo el día del niño, mi esposo ya ha estado pensando en qué regalarle y eso nos llevó a hablar seriamente sobre el tema. Lo menos que queremos es criar a un pequeñín caprichoso que no valore nada de lo que tiene por los excesos que nosotros mismos le demos.
La Universidad de Oxford reveló hace algunos años un estudio en el que indica que, especialmente en los menores de cinco años, hay una compleja relación entre el progreso infantil, el tipo de juguetes que se les da y el tiempo que los padres pasan con ellos. Cuando tienen demasiados, se distraen y no aprenden ni juegan bien.
Esta conclusión la comparten organizaciones como Zero to Three, dedicada a los infantes y sus familias en Estados Unidos, la cual señala que: “Nuestras investigaciones muestran que darles a los niños demasiados juguetes o juguetes no convenientes puede hacerles daño. Se ven sobrepasados y no pueden concentrarse en nada el tiempo suficiente para aprender”.
El mismo Instituto Técnico del Juguete (AIJU), organización española, califica su exceso como uno de los “errores” más frecuentes de los padres. “No les ayudamos comprándoles todo lo que piden. Les ayudamos comprándoles justo lo que necesitan. La excesiva cantidad de juguetes no le beneficia en su maduración. Además, provoca actitudes de capricho, aburrimiento o menosprecio por los mismos y, a menudo, desorden y falta de interés por conservarlos”.
Según los especialistas, dos docenas de juguetes son suficientes para un niño en edad preescolar.
En un artículo de la Facultad de Pedagogía de la universidad mexicana Upaep, los expertos sugieren las siguientes consideraciones para su compra:
De 0 a 2 años, se deben adquirir juguetes que estimulen el desarrollo, como juegos con luces, texturas, sonido y colores primarios; además de poner atención en que los artículos no sean tóxicos.
De 2 a 3 años, se recomiendan juegos que estimulen la coordinación motriz como bloques para construir objetos, figuras geométricas, rompecabezas con piezas grandes.
De 4 a 5 años, es importante comenzar a activar la memoria, por lo que lo más recomendable son los memoramas, juegos de lotería, cuentos que tengan mucha imagen y poco texto para atraer la atención, títeres.
De 6 a 10 años, juegos donde practiquen la lectura y las matemáticas como el dominó, el ajedrez, damas chinas, serpientes escaleras.
Sobre la compra no hay duda de que nos corresponde a los adultos el realizar una buena elección, tanto del número como de sus características.
Sobre el aprovechamiento ya una de las medidas tomadas en mi casa fue guardar todos los peluches que tiene, los cuales no le interesan en lo más mínimo y solo están desordenando la habitación. Estos pueden regalarse, donarse o incluso guardarse para un futuro hermanito.
La siguiente regla probablemente sea darle poquito a poco sus juguetes actuales, durante periodos cortos como una semana, y ver si de esta forma se interesa más en ellos. Menos, en ocasiones, es más y tal vez el día del niño sea una excelente oportunidad para divertirnos una vez más en familia sin necesidad de hacer otra compra.
Exelente artículo Carolina! Nosotros despúes de Navidad y de los cumpleaños de los chicos, seleccionamos unos cuantos juguetes “viejitos” que ya no usaban, tenián repetidos o no correspondian a la edad de los chicos y los donamos a un orfanato. Lo que nos hemos dado cuenta es que en los cumpleaños casi no regalan libros, asi que de ahora en adelante de parte nuestra en vez de un juguete recibirán unos cuantos libros para la biblioteca de casa.
Definitivamente Macarena. Los papás tenemos que darnos a la tarea, de vez en cuando, de ver los juguetes de nuestros niños y botar, donar, regalar los que consideremos. Hace un tiempo vi un programa en el que decían que cuando uno compra una prenda de ropa debe sacar otra del closet. Creo que esta regla funciona bien para los juguetes. Sobre lo que hablas de los libros, leía hace unos días en Forbes Woman a una columnista que decía que a partir de ahora, para los cumpleaños de sus niños, casi que les indica a los familiares que regalar, poniéndoles a escoger entre papelitos que dicen cosas como: entrada al museo, ida al cine, paseo al parque, etc. Las experiencias y los libros, sin duda son opciones muy valiosas para sustituir juguetes. Gracias por tu comentario.