Por: Carolina Solís
Para Mundo de Mamá
Sin duda la tecnología es maravillosa para quienes vivimos lejos de nuestro país, aunque no sé si mi bebé opine lo mismo.
Desde su primer semana de vida, ve y oye a sus tíos y abuelitos a través de Skype o Facetime y aunque ha tenido ya la oportunidad de convivir con la familia en persona, la constante es interactuar con ellos a través de una pantalla de 15 pulgadas.
Le hablan, le cantan sus canciones favoritas, le ponen música para que baile y no se pierden detalle de sus reacciones a muecas y piruetas.
Además, él también sabe cómo sacarle provecho a la situación. Toca su pianito de juguete con mucho entusiasmo cuando ve que la familia lo observa, esperanzado de que lo ovacionen después de un espontáneo do re mi.
Hasta me lo han “cuidado” en ocasiones por este medio. Si tengo que ir un momento a la cocina o a abrir la puerta, lo dejo en la cuna hablando con la familia, y ellos lo entretienen en lo que yo regreso.
Sin embargo, debo admitir, que al principio les ponía más atención y su interés por lo que comentaban era mayor, pero ahora sabe perfectamente donde está el botón de finalizar la llamada y, con año y medio de edad, tiene el descaro de colgarles a los abuelitos cuando ya la conversación no le convence.
Sea como sea, este canal les ha permitido admirar sus progresos y a él acercase a su familia, empezar a distinguir quién es quién, aprender nombres, en fin…a relacionarse. En este contexto, la afirmación de que el uso de internet reduce la convivencia familiar no aplicaría.
Puede tenderse a creer que esta clase de interacción es fría o distante, pero en la experiencia personal no solo se trata de la opción más viable sino ha sido todo un descubrimiento ver que es muy efectiva.
Probablemente ya habrá quien esté analizando los pros y contras de estas tecnologías en el relacionamiento de los pequeños con sus seres queridos. Por lo pronto, me corresponde, como mamá inmigrante, aprovecharme de los nuevos medios para acortar distancias y hacer que esa “relación digital” se perciba como algo totalmente natural.