Cada año que empieza es un buen pretexto para hacer una revisión de nuestras metas, logros y errores realizados durante el año y replantear lo que queremos o añoramos para el próximo. Un nuevo año, más allá que un pretexto, es una oportunidad de plantear nuevas perspectivas de lo que queremos lograr en los diferentes aspectos y ámbitos de nuestras vidas, ya sea en lo personal, laboral, familiar, salud, etc.
Una buena forma de empezar el año es planteándose metas claras, precisas y realizables, no importa qué o que tan difícil puedan parecer, lo importante es la motivación y que éstas tienen que tener un lugar en el tiempo, porque de lo contrario tienden a perderse o quedar en el olvido y llegaremos nuevamente a fin de año con las mismas intenciones que al inicio.
¿Cómo trazarse metas?
Para las metas o cambios que quieres realizar, tienes que ser específica de acuerdo a las diferentes áreas, por ejemplo, en el área de salud, si quieres bajar de peso, tienes que especificar cuantas libras quieres bajar y en cuanto tiempo. Si es en el nivel académico y quieres empezar, mejorar o terminar algún estudio, especifica qué y cuándo terminar o empezar. Si es a nivel de trabajo, tienes que especificar si quieres mejorar tus habilidades, lograr un ascenso, o cambiar a un mejor trabajo. Si es a nivel emocional puede que quieras sentirte feliz la mayor parte del tiempo, o a nivel personal pueda que quieras mejorar tu relación de pareja o encontrar una pareja que sea ideal, etc.
¿Podemos alcanzar cualquier meta?
Cualquiera sea la meta que quieres lograr o cambiar necesitas tener un plan para empezar a trabajar y enfocarte en cada uno de esos aspectos que te has planteado, no importa que tan inalcanzables o irrealizables parezcan, sólo empieza a dar los primeros pasos y los resultados se verán en el proceso. Los seres humanos tenemos un enorme potencial que está allí esperando ser explotado por nosotros mismo, y que no tenemos límites.
Recordemos por ejemplo las olimpiadas de Beijing en China, donde los atletas olímpicos rompieron los record mundiales en las diferentes disciplinas, y demostraron enormes habilidades personales como las logradas por Michael Phelps solo con el aliciente de proponerselo. Esto demuestra una vez más que en los seres humanos no existen límites, que los límites los ponemos nosotros mismos, y que si queremos lograr algo tenemos que tener nuestras propias metas, y retarnos a romper nuestros propios records y que para eso tenemos que trabajar intensamente y hacer todo lo posible por alcanzarlos.
Si después de todo no logramos superar nuestros propios records por lo menos nos quedará la satisfacción o tranquilidad que lo intentamos, que trabajamos intensamente, y que nos preparamos conscientemente para trabajar en cada una de las diferentes áreas que queremos cambiar o mejorar en nuestra vida.
Vía: www.frankclavijo.com