Por: Nancy Chang
Para Mundo de Mamá
@nachis_
Podría decir que la parte más dura del ser mamás es la que implica los cuidados de la salud de nuestros hijos, más aún cuando han recaído varias veces con los mismos síntomas y nos preguntamos “¿qué estaré haciendo mal?”; con mi esposo hemos pasado un año de crisis de salud con mi hija de dos años, fueron recaídas tras recaídas de enfermedades respiratorias durante este año, al punto de tener que internarla en el hospital una semana hasta que lograra estabilizarse luego de nebulizaciones, jarabes, medicamentos, antialérgicos, antibióticos, etc.
Pasados los meses, ya 6 después de la hospitalización, llegaron los días de invierno, días que los virus y bacterias se proliferan por las bajas temperaturas de la época de fin de año, y esto coincide con la jornada de vacunación del virus de la influenza. He pensado que este año fue tan duro en cuanto a la salud de mi hija porque dejé al tiempo el control de vacunas de mi hija, y no pienso correrme el mismo riesgo el próximo año, así que he decidido vacunarnos toda la familia contra el virus de la influenza.
¿Por qué vacunarnos contra la influenza?
La influenza puede confundirse fácilmente con una gripe corriente, sin embargo son dos cosas distintas; la influenza puede contagiarse fácilmente al toser, estornudar o mediante las secreciones nasales. A cualquiera le puede dar influenza, pero los índices de infección son mayores entre los niños. La mayoría de las personas solo experimentan síntomas por unos pocos días:
• fiebre/escalofríos
• dolores musculares
• dolor de cabeza
• dolor de garganta
• tos
• cansancio
• nariz llorosa o congestionada
Es importante que además sepas que los niños pequeños, las personas mayores de 65 años de edad, las mujeres embarazadas y las personas con ciertas condiciones de salud, como enfermedades del corazón, pulmón o riñón o un sistema inmunológico debilitado, se pueden enfermar mucho más. La influenza puede causar fiebre alta y neumonía y puede empeorar condiciones de salud preexistentes. Puede causar diarrea y convulsiones en los niños. Miles de personas mueren cada año por la influenza y muchas más requieren hospitalización.
Si un miembro de la familia se enferma, en consecuencia todos los demás miembros tienden a contagiarse con facilidad; no querrás pasar noches en vela tomando la temperatura de tus hijos, limpiando narices congestionadas, preocupada si la fiebre le llevará a una convulsión, y escuchando que tose con frecuencia.
La influenza puede ocurrir en cualquier momento, pero la mayoría de influenza ocurre entre los meses de octubre hasta mayo. En las últimas temporadas, la mayoría de las infecciones han ocurrido en enero y febrero. Vacunándonos todos los años en diciembre, o aún después, será beneficioso para toda la familia.
¿En dónde me puedo vacunar?
Si ya ha finalizado la jornada de vacunación de la ciudad en que vives, consulta con el médico de tu familia o pediatra, si ya tiene las dosis en su clínica y no dejes de vacunar a todos los miembros de tu familia, no te arriesgues a los quebrantos de salud, recuerda que gozar de la buena salud, es también parte del concepto de calidad de vida familiar.
Yo he decidido no correr el mismo riesgo dos veces, por lo mismo me he comprometido a vacunarnos. Hazlo tú también, por el bien de tus hijos y de toda la familia.
Para más información
• Llama al departamento de salud local o estatal.
• Comunícate con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): – Llame al 1-800-232-4636 (1-800-CDC-INFO)
• Visita el sitio Web de los CDC en www.cdc.gov/fluDEPARTMENT
Vía: DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES Centers for Disease Control and Prevention de los Estados Unidos