Por: Nancy Chang
Para Mundo de Mamá
@nachis_
“La verdad acerca de las Tiger Moms” fue el titular de la publicación de TIME Magazine el día de hoy. El artículo refleja y habla acerca de Amy Chua, una madre de origen oriental columnista y autora de libros como “Battle Hymn of the Tiger Mother” y “Why Chinese Mothers are Superior“, describe acerca de las medidas extremadamente drásticas que las madres orientales llegan a practicar con el propósito que sus hijos crezcan preparados para el mundo actual al que se enfrentarán.
Amy Chua, profesora de leyes en Yale y autodenominada como “Tiger Mom”, es conocida por poner a practicar piano a la fuerza por horas a su hija Lulu de 7 años, negándole recesos para ir al baño o incluso tomar agua, hasta que esta aprendiera la pieza completa. O también solía llamar a su hija Sophia “basura” cuando ella solía portarse mal. La misma manera que su padre oriental solía llamarle cuando Chua era pequeña. Sin dejar por un lado la carta que Lulu le hizo a Chua para el día de la madre donde Chua mencionó únicamente “Yo quiero algo mejor que esto”, devolviéndola a Lulu para que ella hiciera “Algo que yo merezca, mejor que esto”.
Chua, quién recientemente lanzó el pasado 11 de enero “Battle Hymn of the Tiger Mother” describe las prácticas orientales que usan para educar a sus hijos, causando shock, conmoción y desacuerdo entre varias comunidades occidentales, siendo este el tema de conversación en cada guardería, colegio, supermercado… incluso para programas de TV donde ella presentaba su libro y la audiencia comentaba acerca de ella nombrándola como “monstruo”.
Ella comenta abiertamente que también los orientales se ven horrorizados acerca de la forma en que los occidentales educan a sus hijos, “viendo como desperdician su tiempo libre en redes sociales, juegos de computadora y otros, sabiendo que hay un mundo competitivo y duro allá afuera al cual se tienen que enfrentar” para nuevas formas de ser emprendedores y exitosos para el futuro, dijo Chua durante su entrevista para Today show.
La cuestión es saber hasta qué punto exigir lo mejor de nuestros hijos sin ser extremistas, bajo la premisa que ellos son quienes dominarán el mundo en los años venideros, quienes serán competitivos en esta carrera llamada “la vida real”. Será que las prácticas extremas de disciplina ayudan a que ellos sean constantes y perseverantes en seguir su camino? será que esto logra la excelencia laboral y cultural que muchos esperamos?.
Las diferencias culturales son abismales, en todo sentido, pero será esta la forma correcta de exigir lo mejor de nuestros hijos, al modo oriental? Qué piensas tú?