Si tu pequeño pasa cualquier cantidad de tiempo lejos de ti — ya sea con una niñera, un familiar o en una guardería — es normal que te preocupes por su seguridad. Y al igual que cualquier padre, probablemente te preguntarás si eres capaz de notar si tu bebé ha sido maltratado.
Algunos padres pasan por alto las señales de abuso porque no quieren enfrentar lo que está sucediendo. Por otra parte, aún cuando se mantengan atentos a síntomas físicos y cambios de comportamiento que pudieran indicar malos tratos, a veces es difícil descubrir qué sucedió exactamente cuando tú no estás presente.
“Uno siempre está jugando un juego de adivinanzas”, dice Kathy Baxter, directora del Consejo de Abuso Infantil de San Francisco. “Un bebé puede tener muchas otras razones para estar quisquilloso o volverse retraído. Pero los padres conocen muy bien a sus hijos, así que déjate guiar por tu instinto”.
Como tu bebé o niño pequeño no puede decirte lo que está pasando, descubrir si lo han maltratado puede ser aún más difícil que en el caso de un niño mayor. Lo que puedes hacer es observarlo detenidamente en busca de señales que te muestren si algo no está bien. Algunos padres descubren signos de abuso — tales como hemorragias internas y lesiones — sólo cuando llevan a su bebé al médico porque no deja de llorar o está demasiado irritable.
Un niño que ha recibido malos tratos físicos puede:
• Llorar y batallar cuando tenga que ir a la guardería, o parecer asustado alrededor de quien lo cuida o de otros adultos.
• Llegar a casa con inexplicables moretones, rasguños, quemaduras, huesos rotos, ojos negros, cortaduras, mordeduras u otras lesiones. Las lesiones repetitivas de cualquier tipo pueden ser una señal de peligro.
Ten en cuenta que las señales del síndrome del bebé sacudido (SBS), el cual ocurre con mayor frecuencia en bebés que han sido sacudidos en momentos de rabia, pueden ser leves o severas. Las lesiones ocasionadas por sacudir a un bebé generalmente ocurren en los niños menores de 2 años, aunque a veces el síndrome se manifiesta en niños de hasta 5 años.
Un bebé con SBS puede tener los ojos vidriosos, estar rígido, letárgico, irritable, tener una disminución de apetito, dificultad para alimentarse o vómitos. Puede costarle trabajo enfocar la mirada en un objeto o levantar la cabeza. En casos severos, puede tener dificultad para respirar, o puede tener convulsiones, insuficiencia cardiaca, coma y pérdida del conocimiento.
Un bebé que ha sido víctima de abuso emocional puede:
• Mostrar problemas de comportamiento o cambios tales como rechazar el afecto de los padres o, alternativamente, volverse excesivamente apegado.
• Perder el apetito.
• Tener pesadillas o dificultad para dormir.
Un bebé que ha sido víctima de abuso sexual puede:
• Tener sangrado o moretones en o alrededor del área genital.
• Tener dificultad para sentarse, posiblemente a causa del dolor genital o anal.
• Sufrir de infecciones de las vías urinarias.
Si tienes alguna preocupación sobre la posibilidad de abuso, actúa de inmediato. Cuanto antes resuelvas el problema, mejor será para tu hijo. Habla con la persona que cuida a tu hijo para observar sus reacciones. Si esa conversación no te saca de dudas o calma tu preocupación, busca en la guía telefónica el número de contacto de una organismo dedicado a prevenir o acabar con el maltrato infantil. Lo encontrarás bajo las palabras “Maltrato infantil”, “Abuso infantil” o, en inglés, “Child abuse”. También puedes llamar al Departamento de Recursos o Derechos Humanos de tu ciudad, si existe uno, o incluso directamente a las autoridades o la policía.
Imagen vía: Google Images, Maltrato Infantil UNICEF