En la medida que los más pequeñitos van creciendo, van reconociendo y amplificando su capacidad para estar alerta, todo gracias a un proceso de crecimiento tanto intelectual, neurológico, cognitivo, físico, emocional y social… por lo tanto estará dispuesto a recibir más estimulación de tu parte. Para que puedas pasar tiempo de juego con tu pequeño, te compartimos estas actividades sencillas:
1. Masaje: Un poco de ejercicio siempre será gratificante para tu pequeño, ponlo cara arriba sobre una superficie blanda, déjalo sólo en pañal, sujeta sus piernas del tobillo y sube una mientras bajas la otra y viceversa, haz el mismo patrón de movimiento con sus brazos, ábrelos y cierra al mismo tiempo que cantes alguna canción infantil.
2. ¿Dónde está el bebé?: Para fortalecer el cuello y espalda de tu pequeño, ponlo viendo hacia tí sobre tu estómago, rodea su pecho con tus manos y álzalo en el aire hasta que tenga su cara delante de la tuya. Dile varias veces ¿dónde está mi bebé? mientras lo alzas hacia tu estómago, luego le respondes ¡Aquí está! mientras lo alzas hacia tu cara para que te mire. Repítelo varias veces.
3. ¿Quién es ese bebé?: Siéntate delante de un espejo con tu pequeño en tu regazo. Dile: “¿Quién es ese bebé?” y saluda con la mano del pequeño y dile “Hola bebé”. Pregunta: “¿Dónde está el pie del bebé?” y saluda con el pie del bebé y dile “Hola pie”. Así sucesivamente sigue haciendo preguntas y moviendo diferentes partes de su cuerpo.
4. Toco, toco, toco: Toca al bebé dando ligeros toques con la punta de tus dedos, utilizando el dedo índice y el dedo corazón, toca con suavidad diferentes partes de su cuerpo y nombra cada una recitando la siguiente poesía: “Toco, toco, toco, la nariz de mi bebé, toco, toco, toco y cada parte me sé. Repite este poemilla mientras vas tocando las diferentes partes de su cuerpo. Juega también a la inversa, que sus dedos toquen las partes que señale de ti.
5. Vamos a mirar: Piensa en todos los lugares que pueden servir como lugares para que tu pequeño observe, cuando ellos observan cosas que se mueven se sienten contentos porque es muy divertido mirar cómo funcionan las cosas y más si son movimientos rítmicos. Llévalo a observar a la ventana o al jardín para que observe y escuche su alrededor, describe detalle a detalle lo que vas viendo y señala cada cosa que les rodea.
6. Baño de lluvia: Al momento en que estés bañando a tu pequeño, usa algo similar a un colador de cocina, o bien abre agujeros en una botella plástica de modo que fabriques una fuente o regadera para que fluya el agua suavemente sobre él. La sensación será nueva como también ayudará a que pierda el temor por la ducha cuando crezca.
7. Nariz contra nariz: Alza al bebé en el aire y dile: “Nariz, nariz contra nariz” o “Tope, tope, tope”. Cuando lo digas vas poco a poco acercándolo a tu nariz hasta que logre toparla contra la tuya. Repite este juego varias veces, verás cómo poco a poco se divertirá al hacerlo hasta que el lo haga por voluntad propia.