Muchas madres han pasado por etapas en la que sus pequeños se tornan en el peor enemigo del hogar, niños que optan por gritar, lanzar objetos e insultar a sus padres como también a sus hermanos.
Controla la conducta agresiva de tu hijo explicándole, en primer lugar, que pegar, morder, lanzar objetos y molestar son comportamientos inaceptables en el hogar y en cualquier lado. Luego muéstrale y explícale (incluso a un niño de un año) la clase de conducta que tú esperas de él: besos, abrazos, hablar, etcétera. Explícale también por qué estas acciones sí son aceptables.
Si el comportamiento agresivo de tu hijo es un rasgo constante en sus juegos diarios, y resulta perturbador para los amigos, la familia o incluso para ti, busca ayuda profesional para establecer qué puede estar ocasionando esa conducta.
¿Cómo puedes prevenir el problema?
1. No asumas conductas agresivas. Trata las cosas en la forma en que quisieras que tu hijo trate las tuyas. Por ejemplo, golpear o lanzar objetos cuando se está furioso, sólo muestra a tu hijo cómo ser agresivo cuando esté enojado.
2. Explícale por qué morder o golpear con conductas inaceptables. Explícale cómo se siente la víctima cuando la muerden o golpean.
¿Cómo resolver el problema?
1. Dile o muéstrale a tu hijo qué hacer en vez de golpear. Cuando comience la conducta agresiva, dile a tu hijo qué cosas puede hacer en vez de golpear cuando se siente molesto.
2. Elogia el que se lleve bien. Explícale el término “llevarse bien” y sé siempre específica respecto a lo que estás elogiando. Entre más elogies el comportamiento det u hijo, más repetirá esa conducta.
3. Acude a las reprimendas. Las tres partes de una reprimenda efectiva son: Pedirle al niño que se detenga (“¡Deja de golpear!”), explicarle por qué lo desapruebas (“¡Golpear lastima a las personas!”), y sugiérele alternativas aceptables (“Cuando estés furioso mejor abandona el grupo antes de lastimar a alguien”)
4. Olvida el incidente. No le recuerdes al pequeño las agresiones cometidas, esto le recuerda cómo ser agresivo nuevamente.
¿Qué no debes hacer?
1. Utilizar la agresión para detener la agresión. Golpear a tu hijo sólo le autoriza a él que golpee a otros.
2. Explotar cuando tu hijo lo hace. Enfurecerte sólo le prueba al niño que puede acudir a la agresión cuando explota y para tener poder sobre ti.
Vía: Disciplina sin gritos ni palmadas