Prematuro o pretérmino se le llama a aquellos bebés que nacen antes de las 37 semanas. Los padres comienzan a afrontar sentimientos de miedo y preocupación  por la duda o desconocimiento hacia esta experiencia. El bebé prematuro nace con cierta inmadurez en sus órganos y sistemas por lo que es más vulnerable a las enfermedades y más sensible a los agentes externos como la luz o el ruido.

Desde el primer momento

Los padres de los niños prematuros sienten desde el primer momentos que están pasando por una carrera de obstáculos y albergan miedo, angustia, intranquilidad… Estos sentimientos son normales porque nadie se encuentra preparado para esta dura experiencia, pero deben intentar sobreponerse, aportar una actitud positiva y poner en práctica todo aquello que recomienden los médicos y el equipo de Neonatología del hospital.

Además deben ser proactivos e interioridad la idea de que “Si mi hijo está luchando por la vida, yo lucho también”. En el hospital deben cultivar el apego con su bebé desde el primer día mediante el “Método Canguro”, la lactancia materna, el intercambio de impresiones y preocupaciones con otros padres, preguntando sus dudas al personal sanitario (médicos, enfermeras y auxiliares).

El Método Canguro

Basado en el contacto de piel a piel entre el niño y la madre o el padre, es una práctica que se descubrió por casualidad y que mejora sensiblemente la evolución de los niños prematuros hospitalizados. Se realiza junto a la incubadora o cuna del bebé en el hospital, con la madre o padre sentados en una silla cómoda sosteniendo al niño contra el pecho. Se cubre al niño con una manta y el padre o madre se descubre el pecho para que el contacto piel a piel sea total. Es importante que se realice por lo menos durante una hora y media diaria para que el bebé pueda alcanzar la fase de sueño profundo. Favorece la estipulación y la formación de un vínculo afectivo entre los padres y el bebé; es muy beneficioso para la madre que amamanta a su hijo, ya que crea un ambiente muy propicio para que el niño pueda mamar con facilidad. Los niños “canguro” reciben antes el alta y lloran menos a los 6 meses de edad, que los que estuvieron en incubadora sin contacto. También se puede observar que regulan mejor la temperatura, tienen una respiración más controlada y duermen más relajados.

“Edad corregida” los primero años

La “edad corregida” es la edad que el niño prematura habría tenido si hubiera nacido en la fecha de su parto estimada inicialmente. Se utiliza para evaluar al niño durante los tres primeros años de vida, comparándolo con los niños nacidos a término para así valorar las desviaciones de una manera más realista.  Es decir, si un prematuro nace de 28 semanas, se restarán unos tres meses y cuando tenga 18 meses se le comparará con los niños de 15 meses para comprobar si ha adquirido las destrezas propias de esta edad.

Atención especializada

Los problemas médicos de un bebé prematura varían muchísimo en función de cada niño y su evolución durante los primeros meses. Suelen ser más importantes cuanto menor haya sido la edad gestaciones o semanas de embarazo. Los problemas inmediatos para los grandes prematuros suelen ser nutricionales, pulmonares, neurológicos, cardiológicos, oftalmológicos, etc. También en algunos casos tienen que enfrentarse a trastornos de aprendizaje, dislexia, hiperactividad o déficit de atención. A menudo, los padres tienen que acudir a numerosos especialistas y revisiones médicas y siempre es conveniente que los niños vean a un especialista en atención temprana, donde observarán su desarrollo y aplicarán tratamientos específicos de estipulación, fisioterapia o logopedia.

¿Pueden venir a verle a casa?

Aunque sea lógico y natural desear que toda la familia y amigos conozcan a nuestro bebé lo antes posible, es importante controlar las visitas al principio. El bebé prematuro sigue siendo vulnerable, por lo que no debe estar en ambientes muy ruidosos o con muchas personas. Necesita tranquilidad para adaptarse a su nuevo entorno, tras haber pasado semanas o incluso meses en una Unidad de Neonatología con los niveles de ruido y luz que las caracterizan.

Recuerda:

  • Intenta seguir o comenzar la lactancia materna
  • Acudir a las revisiones y vacunaciones pautadas por el equipo médico
  • Solicitar apoyo psicológico si lo necesitas
  • Ampliar el permiso de maternidad
  • Si es necesario, solicitar en atención temprana los tratamientos de estipulación y fisioterapia
  • No perder el contacto con otros padres de niños prematuros
  • Abrazar mucho, mucho, mucho a estos pequeños sobrevivientes

Los niños prematuros han vivido durante su estancia en el hospital en un espacio libre de ruidos y exceso de actividad. Al llegar a casa será mejor que le mantengas alejado de los ruidos molestos, así como que le proporciones una iluminación y ambiente favorables para su descanso y recuperación.

Fuente: para Hacer Familia, Carmen Fernández Etreros, Periodista y Presidenta de la Asociación de Niños Prematuros (APREM)


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