“Spirited child” es el término sin traducción empleado en Norteamérica para referirse a los niños que muchos padres erróneamente confunden o etiquetan con conductas como “mal portados, difíciles, terribles o diablillos” pero que en realidad son niños con grandes capacidades y personalidades para argumentar y desafiar temas como otro adulto lo haría y como no un niño regular lo haría.
A menudo los niños “Spirited” puede llegar a ser los auténticos protagonistas y líderes del futuro suponiendo que los padres, los profesores y los adultos puedan evitar la anulación de su potencial y su autoestima cuando llegan a ser jóvenes.
El reconocer que un hijo es “Spirited” no es consuelo para los padres que sufren del estrés diario, los retos y muchas veces la vergüenza de un niño que es más argumentativo, más persistente, más desafiante, más sensibles, más perceptivo y / o más inadaptable al cambio que otros niños regulares. Para poder determinar que un niño es “Spirited” debe reunir ciertas cualidades que lo hacen encajar en el término, y para poderlo afirmar es necesario que un psicólogo o especialista en al educación pueda evaluarlo.
Innumerables historias de niños con conductas inaceptables han sido reportadas recientemente en los medios de comunicación. Estos niños son a menudo llamados “difíciles” y bajo este término son excluidos de las actividades en la escuela o causan problemas en casa. Pero a menudo las conductas que la gente no puede tolerar o bien comprender de los niños “Spirited” son las mismas conductas que ellos admiran en los adultos. Por ejemplo, un niño argumentativo o con capacidad de discusión, es un niño que ve las cosas desde una perspectiva diferente y tiene la confianza en sí mismo para expresar sus ideas a diferencia de otros niños regulares.
Con los niños “Spirited” es necesario aprender a canalizar su comportamiento y saber encausarlo positivamente a través de técnicas de apoyo que los maestros y psicólogos comparten con los padres para que así estos niños puedan expresar sus ideas y opiniones con confianza y en una forma socialmente aceptable. Es por esto que en conjunto con profesionales debe trabajarse en la autoestima de estos niños para que puedan encausar positivamente su capacidad argumentativa.
Existe en Estados Unidos un grupo de apoyo llamado www.Spiritedkids.com que se creó para ayudar a los padres y a los maestros de estos niños con grandes y fuertes personalidades, de modo que se les permita a los padres y maestros compartir sus experiencias con los demás y con profesionales en la docencia experimentados para identificar los factores desencadenantes que llevan a conductas desafiantes. Una vez hecho esto, es posible desarrollar estrategias que reduzcan el conflicto y las luchas entre estos niños y la sociedad para que así puedan contribuir a mejorar su autoestima y las habilidades propias del niño.
Observa y comprende la conducta de tu hijo, si crees que sus capacidades para discutir son desafiantes y pone en tela de juicio tus argumentos, es hora que le prestes atención porque probablemente es un niño “Spirited”, y si lo encausas de la manera correcta estarás formando un líder positivo para el futuro.
El que tú comprendas y entiendas a tu hijo depende de qué tanta responsabilidad y conocimiento tengas de tu hijo, sólo tú puedes decidir cuál de las tres siguientes opciones puedes elegir:
1. Como padres tratar de restaurar el amor, comprensión y cooperación mutua entre ustedes y su hijo tratando de replantear sus valores y trabajando en mejorar su autoestima.
2. Como padres decidir en no involucrarse o interferir con la conducta de su hijo porque no es importante o relevante en este momento.
3. Como padres tratar de moldear, disciplinar y controlar a su hijo en todo lo que puedan para que su hijo se adapte a normas e ideales de los demás.
De las 3 opciones anteriores la más sensata es la opción 1, de modo que manejando su comportamiento y autoestima de manera positiva logrará notables éxitos.
Totalmente de acuerdo, como padres estamos pendientes de mil actividades pero no debemos anular a nuestros hijos porque nos “interrumpan” o nos “desafíen” ya que su autoestima, por lo menos en los primeros 7 años de vida, depende en su mayoría de nosotros. Adelante padres que se preocupan por sus hijos, en el futuro tendremos la recompensa y tranquilidad de haber creado seres humanos valiosos.