El autismo es un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida. Es parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés). Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 110 individuos y a 1 de cada 70 niños varones, haciéndolo más común que los casos de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos combinados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. También, está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos.
Los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, aunque nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de diagnóstico a 6 meses. Normalmente son los padres quienes primero notan comportamientos poco comunes en su hijo o la incapacidad para alcanzar adecuadamente los hitos del desarrollo infantil. Algunos padres explican que su hijo parecía diferente desde su nacimiento y otros, que iba desarrollándose normalmente y luego perdía aptitudes. Puede que inicialmente los pediatras descarten las señales del autismo pensando que el niño podrá alcanzar el nivel deseado y le aconsejan a los padres que esperen y vean como se desarrolla. Nuevas investigaciones muestran que cuando los padres sospechan que hay algo mal con su hijo, generalmente están en lo correcto. Si tienes inquietudes acerca del desarrollo de tu hijo, no esperes y habla con su pedíatra para que sea evaluado.
Este síndrome afecta principalmente la comunicación como las relaciones sociales y afectivas del individuo. Se caracteriza por distintos tipos de síntomas:
– Interacción social limitada
– Problemas con la comunicación verbal y no verbal y con la imaginación
– Actividades e intereses limitados, intensos, o poco usuales
Síntomas menos usuales son:
– Déficits sensoriales o hipersensitividad sensorial (ej: hiper-audición)
– Comportamiento violento (algunos reportan que no se percatan del hambre o de otras necesidades biológicas)
– Un comportamiento auto-dañino (ej: golpearse la cabeza contra una pared)
– Darse vueltas constantemente y aletear las manos
Los niños autistas parecen tener dificultad para extraer el significado de las situaciones y los sucesos, especialmente las de tipo social, y en representar esta información de una manera útil para referencias en el futuro.
Es autista aquella persona para la cual las otras personas resultan opacas e impredecibles; aquella persona que vive como ausente (mentalmente ausente) a las personas; se siente incompetente para predecir, regular y controlar su conducta por medio de la comunicación.
Es un trastorno del desarrollo que se manifiesta en el área de la conducta y la comunicación.
Para mayor información visita www.autismspeaks.org
y en Guatemala visita www.integrame.org.gt